ES/Prabhupada 0480 - Dios no puede ser impersonal, porque todos somos personas



Conferencia -- Seattle, 18 octubre 1968

En la vida animal ellos no conocen nada aparte de la gratificación de los sentidos. No tienen poder para ir más allá de esa condición. Es como en el parque del Lago Verde, hay tantos patos. Tan pronto como alguien se acerca con un poquito de comida, entonces ellos se reúnen: “quack, quack, quack, quack”. (risas). Eso es todo. Y después de comer, su siguiente ocupación es la vida sexual. Eso es todo. Así pues, similarmente, la vida humana también es así, como la de los gatos y los perros y esos animales, si uno no se plantea esta pregunta: “¿Quién soy yo?”. Si uno está simplemente dirigido por los impulsos de los sentidos, entonces uno no es mejor que esos patos y perros.

Por lo tanto, en los primeros seis capítulos se define a la entidad viviente como una chispa espiritual. Es muy difícil localizar a esa chispa espiritual, porque es tan pequeña, tan diminuta. No hay ningún microscopio o máquina material que pueda encontrarla. Pero está ahí. Está ahí. El síntoma de la presencia de esa chispa espiritual es que, debido a que está ahí en mi cuerpo, debido a que está en su cuerpo también, por lo tanto se mueven, están hablando, están haciendo planes y hacen tantas cosas; y todo esto es simplemente a la presencia de esa chispa espiritual. Somos chispas diminutas del espíritu supremo. Así como en los rayos del Sol hay partículas diminutas deslumbrantes. El conjunto de esas partículas forma la luz solar. Pero son moléculas. Son moléculas atómicas separadas unas de otros. Similarmente, nosotros somos también partículas diminutas de Dios, deslumbrantes. También tenemos las mismas propensiones, pensar, sentir, desear, crear, todo. Cualquier característica que puedan ver en ustedes mismos, eso está ahí también en Dios. Así que Dios no puede ser impersonal, porque todos nosotros somos personas. Tengo tantas propensiones –en una cantidad diminuta. Esas mismas propensiones están en Kṛṣṇa, o Dios, pero en un grado ilimitado. Éste es el estudio de la conciencia de Kṛṣṇa. Dios es el más grande y nuestra posición es muy pequeña. Y nosotros somos pequeños, infinitesimales; y aun así tenemos tantas propensiones, tantos deseos, tantas actividades, tanto trabajo cerebral. Simplemente traten de imaginar cuánto trabajo cerebral y deseos y propensiones existen en Dios, porque Él es tan grande. Su grandeza significa que todas estas cosas que nosotros tenemos, existen también en Él en grado supremo. Eso es todo. Cualitativamente, nosotros somos uno, pero cuantitativamente somos diferentes. Él es grande; nosotros somos pequeños. Él es infinito; nosotros somos infinitesimales. Por ejemplo, podemos observar las partículas infinitesimales del fuego, las chispas, cuando están en contacto con el fuego, manifiestan todas las características del fuego. Pero cuando esas chispas se separan del fuego, entonces se extinguen. Ya no son fuego. Similarmente nosotros somos chispas de Kṛṣṇa o Dios. Cuando nos relacionamos con Dios, entonces nuestro poder iluminador original, que es como el fuego, se renueva. De lo contrario nos extinguimos. Aunque sean chispas, en esta vida actual, en esta vida material, esa chispa espiritual está cubierta. La chispa queda cubierta, o casi extinguida. Esto es sólo un ejemplo. No puede extinguirse realmente. Si estuviese extinguida, entonces ¿cómo podríamos manifestar nuestra condición de vida? No está extinguida, pero está cubierta. Es como, por ejemplo, cuando cubren el fuego con algo, pueden sentir el calor a través de la cubierta, pero no pueden ver el fuego directamente. Similarmente, esta chispa espiritual queda cubierta por su vestido material; por lo tanto no podemos verla. El doctor dice: “Oh, las funciones corporales han fallado y por lo tanto el corazón se ha parado. Está muerto”. Pero él no sabe por qué el corazón se para. La ciencia médica no conoce la respuesta a esta cuestión. Ellos darán tantas razones de que: “Puesto que los glóbulos rojos han dejado de funcionar, se han vuelto blancos, por lo tanto ha sobrevenido la muerte...”. No. Esto no es una respuesta correcta. El color rojo no es el síntoma de la vida. Hay muchos productos naturales que son rojos por naturaleza. Eso no significa que ahí hay vida.